| Es ésta la segunda entrega de Cien mil palabras, donde el autor sigue desgranando cada imagen con el buen hacer del periodista, con ese alma de poeta de la que nunca se desprende y cómo no la ironía tan Peicovich mientras nos va desnudando una realidad sin lazos ni artificios. Un libro crítico que retrata nuestra sociedad de una forma amena y veraz. |