Poemas Plagiados es milagro heredado de mi padre. Un marinero dálmata a quien le costaba pronunciar el español. Eso daba a sus frases un destino original. Su diccionario residía en su inocencia. “Esa muchacha es saludable. Saluda a todo el mundo”, fue su primera perla verbal. Mi madre María mutaba de nombre, de “sol mío” a “manzana” o “jazmín”, según él la sentipensara de mañana o de noche. Y fue su prístina creación oral que me inspiró ir en resca-te de la poesía rehén, plagiada y oculta en los repliegues del idioma.
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